Lista de alimentos no perecederos para emergencias: los 10 básicos
En estos tiempos de incertidumbre, nunca está de más estar preparado para posibles situaciones de emergencia que puedan afectar a nuestro suministro de alimentos. Ya sea por una catástrofe natural, una pandemia, un apagón o cualquier otro motivo que nos impida salir de casa o acceder a los comercios, tener una despensa de emergencia puede ser la diferencia entre pasar hambre o sobrevivir con dignidad.
Pero ¿qué alimentos debemos almacenar en nuestra despensa de emergencia? ¿Cómo elegirlos y conservarlos adecuadamente? ¿Qué cantidad y variedad necesitamos? En este artículo te voy a dar algunos consejos prácticos y ejemplos para que puedas crear tu propia despensa de emergencia con alimentos básicos, nutritivos y duraderos.
Lista de alimentos no perecederos para emergencias: características principales
Los alimentos que elijamos para nuestra despensa de emergencia deben cumplir una serie de requisitos que los hagan aptos para esta finalidad. Estas son algunas de las características que debemos tener en cuenta:
- No perecederos o de larga duración: Los alimentos que almacenemos deben tener una fecha de caducidad o consumo preferente lo más lejana posible, y no requerir condiciones especiales de conservación como refrigeración o congelación. Así nos aseguramos de que no se estropeen ni pierdan sus propiedades con el paso del tiempo.
- Nutritivos y variados: Los alimentos que almacenemos deben aportarnos los nutrientes esenciales que necesitamos para mantener nuestra salud y energía. Por eso es importante tener una variedad de alimentos que cubran los diferentes grupos: cereales, legumbres, frutas, verduras, proteínas animales o vegetales, grasas saludables, etc.
- Fáciles de preparar y consumir: Los alimentos que almacenemos deben ser lo más sencillos posible de preparar y consumir, sin necesidad de muchos utensilios, agua o energía. Por eso es conveniente optar por alimentos que ya vengan cocinados o listos para comer, o que solo requieran un poco de agua caliente o fría para su preparación.
- Agradables al paladar: Los alimentos que almacenemos deben ser también de nuestro agrado, ya que en una situación de emergencia no solo necesitamos alimentarnos, sino también mantener el ánimo y el bienestar emocional. Por eso es bueno incluir algunos alimentos que nos gusten especialmente o que nos aporten un toque de sabor, como especias, chocolate, frutos secos, etc.
Lista de alimentos no perecederos para emergencias: qué debemos almacenar
Teniendo en cuenta las características anteriores, estos son algunos ejemplos de alimentos básicos que podemos almacenar en nuestra despensa de emergencia:
- Agua: El agua es el elemento más esencial para la supervivencia, ya que sin ella no podemos vivir más de unos pocos días. Por eso debemos tener siempre una reserva suficiente de agua potable para beber y cocinar. Se recomienda tener al menos un litro por persona y día, y guardarla en botellas o garrafas cerradas y alejadas de la luz y el calor.
- Cereales: Los cereales son una fuente importante de hidratos de carbono, que nos aportan energía y saciedad. Podemos almacenar cereales como arroz, pasta, harina, copos de avena, pan tostado, etc., en envases herméticos y secos. También podemos optar por cereales instantáneos o precocinados que solo requieran agua para su preparación.
- Legumbres: Las legumbres son una fuente excelente de proteínas vegetales, fibra, hierro y otros minerales. Podemos almacenar legumbres secas como lentejas, garbanzos, alubias, etc., en envases herméticos y secos. También podemos optar por legumbres en conserva o cocidas que ya vengan listas para consumir o que solo necesiten calentarse.
- Frutas y verduras: Las frutas y verduras son una fuente imprescindible de vitaminas, antioxidantes y otros fitoquímicos que nos ayudan a prevenir enfermedades y fortalecer nuestro sistema inmunitario. Podemos almacenar frutas y verduras en conserva, deshidratadas o liofilizadas, que mantienen la mayor parte de sus nutrientes y solo necesitan agua para rehidratarse. También podemos optar por zumos, compotas o mermeladas que nos aporten un extra de sabor y dulzor.
- Proteínas animales o vegetales: Las proteínas son fundamentales para el mantenimiento y reparación de nuestros tejidos, así como para la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos. Podemos almacenar proteínas animales como atún, sardinas, caballa, jamón, salchichas, etc., en conserva o envasadas al vacío, que ya vengan cocinadas o listas para consumir. También podemos optar por proteínas vegetales como tofu, seitán, tempeh, etc., en conserva o envasadas al vacío, que solo necesiten calentarse o añadirse a otros platos. Otra opción son los productos en polvo o batidos que contengan proteínas de origen animal o vegetal, que solo requieran agua o leche para su preparación.
- Grasas saludables: Las grasas son necesarias para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que nos aportan energía, facilitan la absorción de vitaminas liposolubles y nos protegen del frío. Podemos almacenar grasas saludables como aceite de oliva, mantequilla, margarina, frutos secos, semillas, etc., en envases herméticos y alejados de la luz y el calor. También podemos optar por productos en polvo o batidos que contengan grasas saludables, que solo requieran agua o leche para su preparación.
- Lácteos: Los lácteos son una fuente importante de calcio, fósforo y proteínas, que nos ayudan a mantener nuestros huesos y dientes fuertes. Podemos almacenar lácteos como leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, queso en polvo, queso rallado, etc., en envases herméticos y secos. También podemos optar por productos en polvo o batidos que contengan lácteos o sus derivados, que solo requieran agua o leche para su preparación.
- Otros alimentos: Además de los alimentos básicos anteriores, podemos incluir en nuestra despensa de emergencia otros alimentos que nos aporten variedad, sabor y placer. Algunos ejemplos son el chocolate, las galletas, las barritas energéticas, las sopas instantáneas, las salsas, las especias, el café soluble, el té, etc. Estos alimentos pueden ayudarnos a mejorar nuestro ánimo y nuestro bienestar emocional en una situación difícil.
¿Cómo organizar y mantener nuestra despensa de emergencia?
Una vez que hemos elegido los alimentos que vamos a almacenar en nuestra despensa de emergencia, debemos organizarlos y mantenerlos adecuadamente para garantizar su conservación y su uso óptimo. Estos son algunos consejos para lograrlo:
- Elige un lugar adecuado: Lo ideal es tener un lugar específico para guardar nuestra despensa de emergencia, que sea seco, fresco y oscuro. Puede ser un armario, una estantería o un cajón en la cocina o en otra habitación. Lo importante es que esté alejado de fuentes de calor o humedad que puedan dañar los alimentos.
- Etiqueta los alimentos: Es conveniente etiquetar los alimentos con la fecha de compra y la fecha de caducidad o consumo preferente. Así podremos controlar mejor el tiempo que llevan almacenados y consumirlos antes de que se deterioren o pierdan sus propiedades.
- Sigue el método FIFO: El método FIFO (First In First Out) consiste en consumir primero los alimentos que se han comprado antes y dejar para después los que se han comprado después. Así evitamos que se nos caduquen los alimentos más antiguos y aprovechamos mejor nuestra despensa.
- Revisa periódicamente tu despensa: Es importante revisar periódicamente nuestra despensa de emergencia y comprobar que los alimentos están en buen estado, que no tienen signos de deterioro, moho o plagas, y que no han superado su fecha de caducidad o consumo preferente. Si encontramos algún alimento en mal estado, debemos desecharlo y reemplazarlo por uno nuevo. También debemos revisar que los envases no estén abollados, hinchados o rotos, ya que podrían indicar una contaminación del alimento.
- Repon tu despensa de emergencia: Es importante reponer nuestra despensa de emergencia cada vez que consumamos alguno de los alimentos que tenemos almacenados. Así evitamos quedarnos sin reservas en caso de necesitarlas. Podemos aprovechar las ofertas o las compras al por mayor para reponer los alimentos básicos a un mejor precio. También podemos ir rotando los alimentos según su fecha de caducidad o consumo preferente, consumiendo primero los más antiguos y guardando los más nuevos.
¿Cómo usar nuestra despensa de emergencia?
Si llega el momento de tener que recurrir a nuestra despensa de emergencia, debemos seguir una serie de pautas para usarla de forma adecuada y segura. Estas son algunas de ellas:
- Planifica tus menús: Es conveniente planificar con antelación los menús que vamos a preparar con los alimentos que tenemos en nuestra despensa de emergencia. Así podremos distribuir mejor los alimentos y evitar el desperdicio. También podremos asegurarnos de tener una alimentación equilibrada y variada, combinando los diferentes grupos de alimentos y evitando el aburrimiento o la monotonía.
- Sigue las instrucciones de preparación y consumo: Es importante seguir las instrucciones que vienen en los envases de los alimentos para su correcta preparación y consumo. Debemos respetar las cantidades, los tiempos y las temperaturas indicadas para cada alimento. También debemos prestar atención a las medidas higiénicas, como lavarse las manos antes y después de manipular los alimentos, usar utensilios limpios y desinfectados, y evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocinados.
- No consumas alimentos sospechosos: Si tenemos alguna duda sobre el estado o la calidad de algún alimento, lo mejor es no consumirlo. Debemos desechar cualquier alimento que tenga un aspecto, un olor o un sabor extraño, que haya cambiado de color o de textura, o que tenga moho o insectos. También debemos desechar cualquier alimento que haya superado su fecha de caducidad o consumo preferente, o cuyo envase esté abollado, hinchado o roto.
Espero que este artículo te haya sido útil para saber qué alimentos básicos debes almacenar en tu despensa de emergencia y cómo organizarlos y mantenerlos adecuadamente. Recuerda que tener una despensa de emergencia puede ser una buena forma de prevenir posibles situaciones de escasez o aislamiento, y también una forma de ahorrar dinero y tiempo en tus compras habituales. ¡No esperes más y empieza a crear tu propia despensa de emergencia!