Huerto ecológico: cómo empezar y los mejores consejos
La agricultura doméstica es una actividad que cada vez gana más adeptos, ya que ofrece múltiples beneficios, como el ahorro de dinero, el consumo de alimentos frescos y saludables, el contacto con la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, no todos los cultivos son igual de fáciles de mantener y cosechar, por lo que es importante elegir bien las plantas que vamos a sembrar en nuestro huerto casero. En este artículo te presentamos algunos de los mejores cultivos para principiantes en la agricultura doméstica, así como algunos consejos y recomendaciones para que tu experiencia sea exitosa y gratificante.
Huertos ecológicos: qué debo tener en cuenta
Antes de decidir qué plantas vamos a cultivar en nuestro huerto doméstico, hay que tener en cuenta algunos factores que pueden influir en el desarrollo y la producción de las mismas. Estos son:
- El espacio disponible: No es lo mismo tener un balcón, una terraza, un patio o un jardín. Cada espacio tiene sus limitaciones y sus ventajas, por lo que hay que adaptar el tamaño y el tipo de los recipientes, el número y la distribución de las plantas y las necesidades de luz y ventilación de cada una.
- El clima y la estación del año: Cada planta tiene sus preferencias climáticas y su ciclo vital. Hay algunas que se adaptan mejor al frío y otras al calor, algunas que son de temporada y otras que son perennes. Hay que informarse bien sobre las condiciones óptimas de cada cultivo y elegir las que mejor se ajusten al clima y la época del año de nuestra zona.
- El tiempo y el cuidado: No todas las plantas requieren el mismo nivel de atención y dedicación. Hay algunas que son más resistentes y autónomas y otras que necesitan más riego, abono, poda o protección frente a plagas y enfermedades. Hay que ser realistas con el tiempo y el esfuerzo que podemos invertir en nuestro huerto y elegir los cultivos que se adapten a nuestras posibilidades.
Huertos ecológicos: qué cultivar
Teniendo en cuenta los factores anteriores, podemos seleccionar algunos cultivos que son ideales para iniciarse en la agricultura doméstica, ya que son fáciles de sembrar, mantener y cosechar, además de ser muy productivos y versátiles. Estos son:
- Lechuga: Es uno de los cultivos más sencillos y rápidos de obtener. Se puede sembrar directamente en el suelo o en macetas o mesas de cultivo. Solo necesita un sustrato rico en materia orgánica, un riego frecuente pero sin encharcar y una exposición al sol moderada. Se puede cosechar entre 2 y 3 meses después de la siembra, cortando las hojas externas o la planta entera según se necesite.
- Tomate: Es otro de los cultivos más populares y gratificantes del huerto doméstico. Se puede sembrar en semillero o comprar plantones ya germinados. Necesita un sustrato bien drenado, un riego regular pero sin excesos, una exposición al sol directa y un tutor o soporte para guiar su crecimiento. Se puede cosechar entre 3 y 5 meses después de la siembra, según la variedad elegida.
- Zanahoria: Es un cultivo muy fácil de sembrar directamente en el suelo o en macetas profundas. Necesita un sustrato suelto y sin piedras, un riego constante pero sin encharcar y una exposición al sol plena. Se puede cosechar entre 3 y 4 meses después de la siembra, arrancando las raíces cuando tengan el tamaño deseado.
- Fresa: Es un cultivo muy dulce y aromático que se puede sembrar en macetas, cestas colgantes o jardineras. Necesita un sustrato rico en materia orgánica, un riego frecuente pero sin estancamientos, una exposición al sol parcial o filtrada y una protección frente a las heladas. Se puede cosechar entre 4 y 6 meses después de la siembra, recolectando los frutos cuando estén rojos y maduros.
- Albahaca: Es una planta aromática muy útil y decorativa que se puede sembrar en macetas o jardineras. Necesita un sustrato ligero y bien drenado, un riego regular pero sin excesos, una exposición al sol directa y una poda frecuente para favorecer su ramificación. Se puede cosechar durante todo el año, cortando las hojas según se necesiten.
¿Cómo podemos aprovechar al máximo nuestros cultivos?
Una vez que hemos elegido y sembrado nuestros cultivos, podemos seguir algunos consejos para mejorar su desarrollo y su producción, así como para disfrutar de sus beneficios. Estos son:
- Combinar diferentes cultivos: Podemos aprovechar el espacio y los recursos disponibles para sembrar diferentes plantas que se complementen entre sí, ya sea por sus necesidades, sus beneficios o sus usos. Por ejemplo, podemos sembrar lechuga y tomate juntos para hacer ensaladas, o albahaca y fresa para aromatizar postres.
- Rotar los cultivos: Podemos cambiar el lugar de las plantas cada cierto tiempo para evitar el agotamiento del sustrato, la propagación de plagas y enfermedades y la competencia por los nutrientes. Por ejemplo, podemos alternar cultivos de raíz con cultivos de hoja o de fruto.
- Reciclar los residuos orgánicos: Podemos aprovechar los restos de comida, las cáscaras de frutas y verduras, las hojas secas o el café molido para hacer compost, un abono natural que enriquece el sustrato y mejora la salud de las plantas. Solo tenemos que mezclar estos materiales en un recipiente con agujeros y dejar que se descompongan con el tiempo.
- Consumir los productos frescos: Podemos disfrutar de los alimentos que hemos cultivado en nuestro huerto doméstico consumiéndolos lo antes posible después de la cosecha, para aprovechar al máximo su sabor, su aroma, su textura y sus propiedades nutricionales. Podemos preparar recetas variadas y saludables con nuestros productos e incluso conservarlos para consumirlos más adelante.
Evitar las plagas en el huerto ecológico
Proteger las plantas de las plagas es un aspecto fundamental para mantenerlas sanas y productivas. Existen diferentes técnicas que podemos usar para prevenir y combatir las plagas en el huerto, tanto de forma ecológica como química. Algunas de estas técnicas son:
- El equilibrio entre parásitos y depredadores: Consiste en favorecer la presencia de insectos beneficiosos que se alimentan de los insectos dañinos, como las mariquitas, las crisopas o las avispas. Para atraerlos podemos sembrar plantas aromáticas o flores que les sirvan de refugio y alimento.
- Abonos orgánicos: Consiste en enriquecer el sustrato con materia orgánica, como el compost, el humus de lombriz o el estiércol. Esto mejora la estructura y la fertilidad del suelo, lo que favorece el desarrollo de las plantas y las hace más resistentes a las plagas.
- Policultivos y el uso de las rotaciones y asociaciones de cultivos: Consiste en sembrar diferentes plantas que se complementen entre sí, ya sea por sus necesidades, sus beneficios o sus usos. Esto evita el agotamiento del suelo, la propagación de plagas y enfermedades y la competencia por los nutrientes. Además, algunas plantas pueden repeler o atraer a ciertos insectos, lo que ayuda a controlar las plagas.
- Usar extractos de plantas y minerales para el control biológico: Consiste en aplicar productos naturales que tienen propiedades insecticidas, fungicidas o repelentes, como el ajo, la cebolla, el tomillo, la cola de caballo, el jabón potásico o el azufre. Estos productos se pueden preparar en casa o comprar en tiendas especializadas.
- Elegir variedades autóctonas más resistentes: Consiste en seleccionar las plantas que mejor se adaptan al clima y al suelo de nuestra zona, ya que son más fuertes y menos propensas a sufrir plagas. También podemos optar por variedades híbridas o mejoradas que han sido creadas para resistir mejor a ciertos insectos o enfermedades.
Estas son algunas de las formas de proteger las plantas de las plagas, pero hay muchas más. Lo importante es estar atentos a las señales de alarma, identificar el tipo de plaga que afecta a nuestras plantas y aplicar el tratamiento adecuado lo antes posible. Así podremos disfrutar de un huerto sano y ecológico.