Cómo cuidar un ciclamen en casa durante el invierno
El ciclamen es una planta que se adapta bien tanto al interior como al exterior, siempre que se respeten sus necesidades de temperatura, luz, riego y sustrato. Es una planta bulbosa que pertenece a la familia de las primuláceas. Su origen se encuentra en las regiones mediterráneas y centrales de Europa, donde crece de forma silvestre en bosques y prados. Su nombre científico es Cyclamen persicum, pero también se le conoce como violeta de los Alpes, artánita o pan de puerco.
El ciclamen se caracteriza por sus hojas en forma de corazón, con manchas grisáceas que forman diferentes dibujos, y sus flores de colores variados, que van desde el blanco al rojo, pasando por el rosa, el salmón o el púrpura. Su floración comienza en otoño y se prolonga durante todo el invierno y parte de la primavera, lo que lo convierte en una planta ideal para alegrar y perfumar el hogar en los meses más fríos.
A continuación, te damos algunos consejos prácticos para cuidar un ciclamen en casa o en tu huerto durante el invierno y disfrutar de su belleza por mucho tiempo.
Temperatura
El ciclamen es una planta que necesita una temperatura fresca, entre 10 y 15°C, para desarrollarse bien. No tolera el calor ni las heladas, por lo que hay que evitar situarlo cerca de fuentes de calor como radiadores, chimeneas o ventanas orientadas al sur. Lo ideal es colocarlo en una habitación ventilada y luminosa, orientada al norte o al este, donde la temperatura sea constante y no supere los 20°C.
Si se cultiva en el exterior, hay que protegerlo de las corrientes de aire, el viento y la lluvia. Se puede colocar en una terraza, un balcón o un patio, siempre que haya sombra parcial y que el suelo no se encharque. Si las temperaturas bajan demasiado, se puede trasladar al interior o cubrirlo con un plástico o un paño para evitar que se dañe.
Luz
El ciclamen necesita una buena iluminación para florecer, pero no le gusta el sol directo, que puede quemar sus hojas y sus flores. Lo mejor es proporcionarle una luz filtrada o difusa, que le llegue de forma indirecta. Se puede colocar cerca de una ventana, pero sin que le dé el sol, o en un lugar donde reciba la luz reflejada de una pared clara.
Si se cultiva en el exterior, hay que buscar un lugar donde haya sombra parcial, como debajo de un árbol, una pérgola o un toldo. También se puede usar una malla de sombreo o un parasol para protegerlo del sol. Hay que evitar que el ciclamen reciba la luz del sol de forma directa, especialmente en las horas centrales del día, cuando es más intenso.
Riego
El riego es uno de los aspectos más importantes para cuidar un ciclamen, ya que es una planta que necesita una humedad constante, pero sin excesos. Un riego insuficiente puede provocar que las hojas se marchiten y las flores se caigan, mientras que un riego excesivo puede causar la pudrición del bulbo y la aparición de hongos.
Para regar el ciclamen, se recomienda usar agua a temperatura ambiente, sin cal ni cloro, y hacerlo por inmersión, es decir, sumergiendo la maceta en un recipiente con agua hasta que el sustrato se empape. Luego, se deja escurrir el exceso de agua y se coloca la maceta en su lugar. Se debe evitar mojar las hojas y las flores, así como el centro del bulbo, donde se encuentran los brotes.
La frecuencia del riego dependerá de la temperatura, la humedad y el tipo de sustrato, pero en general se puede regar el ciclamen una o dos veces por semana en invierno, y aumentar el riego en verano, cuando el clima es más seco. Se debe comprobar que el sustrato esté ligeramente húmedo, pero no encharcado, y que el agua no se acumule en el plato o la bandeja de la maceta.
Sustrato
El ciclamen necesita un sustrato ligero, suelto, aireado y con buen drenaje, que le permita respirar y que no retenga demasiada agua. Se puede usar un sustrato universal, mezclado con arena, perlita o vermiculita, para mejorar su estructura y su capacidad de drenaje. También se puede añadir un poco de turba, mantillo o compost, para aportar nutrientes y materia orgánica.
El ciclamen se puede plantar en una maceta de barro o de plástico, siempre que tenga agujeros en el fondo para facilitar el drenaje. La maceta debe ser lo suficientemente grande como para que el bulbo tenga espacio para crecer, pero no demasiado, para evitar que el sustrato se seque o se encharque. Lo ideal es que la maceta tenga un diámetro de unos 15 cm, y que el bulbo quede enterrado hasta la mitad, dejando la parte superior al descubierto.
Abono
El ciclamen no necesita mucho abono, ya que es una planta que se alimenta principalmente de las reservas que almacena en su bulbo. Sin embargo, se puede aplicar un fertilizante líquido específico para plantas de flor, diluido en el agua de riego, una vez al mes, durante la época de floración. Esto ayudará a prolongar y a intensificar la floración, y a fortalecer la planta.
Se debe evitar abonar el ciclamen cuando no está en flor, es decir, en verano, cuando entra en un periodo de reposo. En esta época, se debe reducir el riego y el abono, y mantener la planta en un lugar fresco y sombreado, hasta que vuelva a brotar en otoño. Entonces, se puede trasplantar el ciclamen a una maceta nueva, con sustrato fresco, y reanudar el riego y el abono.
No olvides estos consejos extra para cuidar un ciclamen en casa
Además de los cuidados básicos de temperatura, luz, riego, sustrato y abono, el ciclamen necesita otros cuidados para mantenerse sano y bonito. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
- Eliminar las hojas y las flores marchitas, cortándolas por la base, para evitar que se pudran y que consuman energía de la planta.
- Limpiar las hojas con un paño húmedo o un pincel, para eliminar el polvo y las posibles plagas o enfermedades. No se debe usar agua ni productos químicos, ya que pueden dañar la planta.
- Proteger el ciclamen de las plagas y las enfermedades, como los ácaros, los pulgones, los hongos o las bacterias, que pueden afectar a sus hojas, sus flores o su bulbo. Se puede usar un insecticida o un fungicida ecológico, aplicándolo con cuidado y siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Multiplicar el ciclamen por semillas o por división del bulbo, cuando la planta tenga varios años y haya terminado su floración. Se puede sembrar las semillas en un semillero, con un sustrato húmedo y a una temperatura de unos 20°C, y trasplantarlas cuando tengan unas cuatro hojas. Se puede dividir el bulbo en dos o más partes, con un cuchillo afilado y desinfectado, y plantarlas en macetas individuales, con un sustrato nuevo y húmedo.
Siguiendo estos consejos, podrás cuidar un ciclamen en casa durante el invierno y disfrutar de su belleza y su aroma por mucho tiempo. Además, es una colorida planta que puedes regalar o autoregalarte, ya que posee un precioso significado: simboliza el amor sincero y la admiración. ¿A qué esperas para tener un bonito ciclamen y empezar a cultivar en casa?