Granjas verticales: qué son, cómo poner en práctica y consejos
Las granjas verticales son una forma innovadora y sostenible de producir alimentos en el interior de edificios de varios pisos o rascacielos, utilizando tecnologías como la hidroponía, la iluminación LED y el control climático. Estas granjas pueden ofrecer múltiples beneficios para el medio ambiente, la economía y la sociedad, como reducir el uso de agua y pesticidas, aumentar la producción y la calidad de los alimentos, disminuir las emisiones de carbono y crear empleos locales. En este artículo te explicaremos qué son las granjas verticales, cómo funcionan, qué tipos existen y qué consejos puedes seguir para poner en práctica esta forma de agricultura urbana.
¿Qué son las granjas verticales?
Las granjas verticales son instalaciones donde se cultivan plantas en capas apiladas verticalmente, aprovechando el espacio disponible en altura. Estas granjas pueden ubicarse en edificios nuevos o existentes, como almacenes, contenedores o túneles subterráneos. El objetivo de las granjas verticales es producir alimentos frescos y saludables durante todo el año, sin depender del clima ni del suelo.
Para lograrlo, las granjas verticales utilizan sistemas de cultivo hidropónico o aeropónico, que consisten en suministrar a las plantas una solución nutritiva a través del agua o del aire, respectivamente. Además, emplean iluminación artificial (generalmente LED) para proporcionar la luz necesaria para la fotosíntesis. Estos sistemas permiten controlar con precisión las condiciones ambientales de las plantas, como la temperatura, la humedad, el CO2 y el pH.
Las granjas verticales pueden cultivar una gran variedad de plantas, especialmente hortalizas de hoja verde, hierbas aromáticas y frutas pequeñas. Algunos ejemplos son lechuga, espinaca, rúcula, albahaca, menta, fresa y tomate. Estos cultivos se caracterizan por tener un ciclo corto de crecimiento y una alta demanda en el mercado.
¿Cómo funcionan las granjas verticales?
El funcionamiento de una granja vertical depende del tipo de sistema de cultivo que utilice. Los más comunes son:
- Sistema hidropónico: las plantas se colocan en bandejas o tubos con un sustrato inerte (como perlita o fibra de coco) que sostiene sus raíces. El agua con los nutrientes necesarios circula por el sistema y se recicla constantemente. El exceso de agua se recoge en un depósito y se reutiliza.
- Sistema aeropónico: las plantas se suspenden en el aire y sus raíces quedan expuestas. El agua con los nutrientes se pulveriza sobre las raíces mediante boquillas o nebulizadores. El exceso de agua se recoge en un depósito y se reutiliza.
- Sistema NFT (Nutrient Film Technique): las plantas se colocan en canales inclinados con un pequeño flujo de agua con nutrientes que pasa por debajo de sus raíces. El agua se recircula constantemente por el sistema.
- Sistema DFT (Deep Flow Technique): las plantas se colocan en canales con un flujo mayor de agua con nutrientes que cubre parcialmente sus raíces. El agua se recircula constantemente por el sistema.
En todos estos sistemas, la iluminación artificial se proporciona mediante lámparas LED que emiten diferentes longitudes de onda según el tipo de planta y la etapa de crecimiento. Estas lámparas pueden programarse para simular el ciclo día-noche y optimizar el consumo energético.
Además, las granjas verticales cuentan con sensores y dispositivos que monitorizan y regulan las variables ambientales de las plantas, como la temperatura, la humedad, el CO2 y el pH. Estos datos se envían a un software que los analiza y los utiliza para ajustar los sistemas de cultivo y nutrición. De esta forma, se crea un ambiente controlado que favorece el desarrollo óptimo de las plantas.
Granjas verticales: cuáles existen
Las granjas verticales se pueden clasificar según el tipo de edificio donde se ubican, el tipo de sistema de cultivo que emplean y el tipo de mercado al que se dirigen. Según el tipo de edificio, podemos distinguir entre:
- Granjas verticales en rascacielos: son edificios diseñados específicamente para albergar granjas verticales en sus diferentes pisos. Suelen tener una estructura transparente o con ventanas para aprovechar la luz natural. También pueden incorporar sistemas de energía renovable, como paneles solares o turbinas eólicas, para reducir su impacto ambiental. Un ejemplo de este tipo de granja es la Torre Dragonfly, un proyecto conceptual de un rascacielos agrícola en Nueva York.
- Granjas verticales en almacenes: son edificios existentes que se adaptan para alojar granjas verticales en su interior. Suelen tener una estructura cerrada y opaca, por lo que dependen totalmente de la iluminación artificial. También pueden aprovechar el calor residual de la iluminación para calentar el ambiente. Un ejemplo de este tipo de granja es la empresa AeroFarms, que cultiva plantas en un antiguo almacén en Nueva Jersey.
- Granjas verticales en contenedores: son unidades móviles que se pueden transportar e instalar en diferentes lugares. Suelen tener un tamaño reducido y una estructura cerrada y opaca, por lo que dependen totalmente de la iluminación artificial. También pueden aprovechar el calor residual de la iluminación para calentar el ambiente. Un ejemplo de este tipo de granja es la empresa Freight Farms, que cultiva plantas en contenedores reciclados.
Según el tipo de sistema de cultivo, podemos distinguir entre:
- Granjas verticales hidropónicas: son las más comunes y utilizan sistemas hidropónicos o derivados (como NFT o DFT) para cultivar las plantas. Estos sistemas tienen la ventaja de ser más eficientes en el uso del agua y los nutrientes, así como más fáciles de controlar y automatizar.
- Granjas verticales aeropónicas: son menos comunes y utilizan sistemas aeropónicos para cultivar las plantas. Estos sistemas tienen la ventaja de reducir aún más el uso del agua y los nutrientes, así como de evitar problemas de enfermedades y plagas. Sin embargo, también tienen mayor riesgo de fallas técnicas y requieren más mantenimiento.
Según el tipo de mercado, podemos distinguir entre:
- Granjas verticales comerciales: son las que producen alimentos a gran escala para venderlos a supermercados, restaurantes o consumidores finales. Estas granjas suelen tener una alta inversión inicial y unos costes operativos elevados, pero también una alta rentabilidad y una rápida recuperación del capital.
- Granjas verticales comunitarias: son las que producen alimentos a pequeña escala para autoconsumo o para compartirlos con otras personas. Estas granjas suelen tener una baja inversión inicial y unos costes operativos moderados, pero también una baja rentabilidad y una lenta recuperación del capital.
Granjas verticales: consejos para poner en práctica
Si quieres poner en práctica las granjas verticales, ya sea como hobby o como negocio, te recomendamos seguir estos consejos:
- Elige bien las plantas que vas a cultivar: selecciona las especies que tengan mayor demanda en tu mercado, que se adapten mejor a las condiciones ambientales de tu granja y que tengan un ciclo de crecimiento corto y una alta productividad. Algunas opciones son lechuga, espinaca, rúcula, albahaca, menta, fresa y tomate.
- Elige bien los proveedores de los insumos que vas a necesitar: busca proveedores de confianza que te ofrezcan semillas o plántulas de calidad, soluciones nutritivas adecuadas, lámparas LED eficientes y duraderas, sensores y dispositivos precisos y fiables, y software y aplicaciones útiles y fáciles de usar.
- Elige bien el modelo de negocio que vas a seguir: define tu propuesta de valor, tu segmento de mercado, tu canal de distribución, tu estrategia de marketing y tu estructura de costes e ingresos. También analiza las oportunidades y amenazas del entorno, así como tus fortalezas y debilidades internas.
- Elige bien el equipo humano que vas a formar: busca personas con conocimientos y habilidades en agricultura vertical, tecnología, administración y ventas. También fomenta una cultura de trabajo colaborativa, innovadora y orientada al cliente.
Las granjas verticales son una alternativa prometedora para la producción de alimentos en el siglo XXI. Estas granjas pueden contribuir a la seguridad alimentaria, al desarrollo sostenible y a la mejora de la calidad de vida de las personas. Sin embargo, también implican una serie de retos técnicos, económicos y sociales que hay que superar. Por ello, es importante informarse bien sobre las características, los beneficios y los inconvenientes de esta forma de agricultura urbana antes de ponerla en práctica.