Controles sanitarios para las ovejas en España
Las ovejas son animales muy importantes para el sector agropecuario español, ya que aportan carne, leche, lana y otros productos de gran valor. Además, contribuyen a la conservación del medio ambiente y al desarrollo rural. Por eso, es fundamental garantizar su bienestar y su salud, mediante una serie de controles sanitarios para las ovejas que aseguren su óptimo estado físico y productivo.
Estos controles ovejas se basan en cuatro aspectos principales: el peso, la condición corporal, el comportamiento y el estado sanitario. A continuación, te explicamos en qué consisten cada uno de ellos y por qué son tan importantes.
Control de peso
El peso de las ovejas es un indicador evidente de su estado nutricional y de su rendimiento productivo. Un peso adecuado permite a las ovejas expresar todo su potencial genético, tanto en la producción de carne como de leche. Además, como seguramente intuías, influye directamente en la fertilidad, la gestación y la lactancia. U un peso inadecuado puede provocar problemas de salud, como anemia, desnutrición, infertilidad o mastitis, que afectan negativamente a su calidad de vida y a su producción.
Para controlar el peso de las ovejas, se recomienda pesarlas cada 3 o 4 meses, utilizando una báscula homologada y calibrada. El peso ideal depende de la raza, la edad y el estado fisiológico de la oveja, pero se puede tomar como referencia un rango entre 50 y 80 kg. Si se detectan desviaciones significativas, se debe ajustar la alimentación según las necesidades de cada animal, teniendo en cuenta la calidad y la cantidad del forraje, el pienso y el agua. Las ovejas se alimentan principalmente de pastos, pero también pueden consumir otros alimentos, como cereales, leguminosas o forrajes. La cantidad y el tipo de alimento que necesitan las ovejas dependen de varios factores, como su edad, su sexo, su estado reproductivo, su actividad física y la época del año. Por ejemplo, las ovejas preñadas o lactantes necesitan más alimento que las que no lo están, y las ovejas que viven en zonas frías o secas necesitan más alimento que las que viven en zonas templadas o húmedas.
Controles sanitarios para las ovejas: garantía de calidad ibérica
Otro aspecto interesante de los controles sanitarios para las ovejas, en especial, del seguimiento de su peso y robustez, es que nos permite apreciar la diversidad de razas ovinas que existen en España, cada una con sus características y adaptaciones al clima y al terreno. España es uno de los países con mayor variedad de razas ovinas del mundo, con más de 50 razas autóctonas y otras tantas foráneas. Algunas de las razas más conocidas son la merina, la manchega, la segureña, la churra, la latxa o la carranzana, pero hay muchas más que merecen ser descubiertas y valoradas. Cada raza tiene su propia historia, su propio aspecto y su propia personalidad, que se reflejan en sus productos y en su papel en el medio ambiente y la cultura.
La apariencia de las razas de ovejas españolas es muy variada y depende de factores como el origen, la selección, la alimentación y el manejo. Podemos encontrar ovejas de diferentes tamaños, formas, colores y tipos de lana, y, entre otras razones, las podemos diferenciar por el delicioso queso que producen. ¡Te suenan, seguro!
- Churra: Es una raza primitiva y rústica, de lana larga y basta, con pigmentación en la cara y las extremidades. Es originaria de la meseta norte, donde se aprovecha su resistencia y su prolificidad. Su leche se utiliza para elaborar el famoso queso de Burgos.
- Manchega: Es una raza robusta y resistente, de lana corta y blanca, con orejas en forma de lira y cuernos en espiral. Es la raza más representativa de la región de La Mancha, donde se alimenta de pastos y cereales. Su leche se emplea para hacer el famoso queso manchego.
- Latxa: Es una raza pequeña y compacta, de lana rizada y negra o rubia, con cara y patas cubiertas de lana y orejas caídas. Es la raza más característica del País Vasco y Navarra, donde se cría en los verdes prados. Su leche se destina a la elaboración del delicioso queso Idiazabal.
Control de condición corporal
La condición corporal de las ovejas es una medida de la cantidad de grasa subcutánea y muscular que tienen. La grasa es una reserva de energía que ayuda a las ovejas a afrontar situaciones de estrés, como el frío, el calor, el parto o la lactancia. La masa muscular, por su parte, determina la calidad de la carne y la capacidad de movimiento de las ovejas.
Para controlar la condición corporal de las ovejas, que es, también, una forma de evaluar el ciclo biológico de las ovejas y las distintas fases que atraviesan, como el celo, la gestación, el parto y la lactancia, se debe palpar la zona lumbar, justo detrás de las costillas, y asignar un valor en una escala de 1 a 5, siendo 1 muy delgada y 5 muy gorda. De nuevo, la condición corporal ideal depende de la raza, la época del año y el estado fisiológico de la oveja, pero se puede tomar como referencia un valor entre 2,5 y 3,5. Y si se observan valores extremos, se debe corregir la alimentación y consultar con el veterinario. Eso, ¡siempre!
Control de comportamiento
El comportamiento de las ovejas es una expresión de su estado emocional y de su adaptación al entorno. Un comportamiento normal implica que las ovejas estén activas, curiosas, sociables y apacibles. Un comportamiento anormal, en cambio, puede indicar que las ovejas sufren algún problema de salud, de manejo o de bienestar.
Para controlar el comportamiento de las ovejas, se debe observar su actitud, su postura, su vocalización y su interacción con el resto del rebaño. Algunos signos de alerta, que si se detectan, deben pasar por el veterinario que ayude a identificar causa y tratamiento adecuado, son:
- aislamiento
- apatía
- falta de apetito
- jadeo
- temblor
- cojera
- diarrea
- secreciones nasales o oculares
El control de comportamiento es una parte fundamental de los controles sanitarios para las ovejas, ya que, como hemos comentado, un comportamiento anormal puede ser un síntoma de alguna enfermedad o de algún factor de estrés que afecte a la calidad de vida de las ovejas. Pero es que, además, es una bonita oportunidad para aprender sobre la etología y la psicología de las ovejas, así como sobre las medidas de manejo y de enriquecimiento ambiental que se pueden aplicar para mejorar su bienestar, y, por supuesto, una forma de establecer un vínculo afectivo con las ovejas y de disfrutar de su compañía.
Control sanitario
El control sanitario de las ovejas es el resultado de la prevención y el control de las enfermedades que pueden afectarlas. Las enfermedades pueden ser de origen infeccioso, parasitario, metabólico, genético o traumático. Algunas de ellas pueden transmitirse al ser humano, por lo que suponen un riesgo para la salud pública.
Para realizar el control sanitario de las ovejas, se debe vacunar y desparasitar a las ovejas según el calendario establecido por el veterinario. Las vacunas más comunes son las que previenen la lengua azul, la clostridiosis, la fiebre aftosa y la brucelosis.
Por otra parte, los antiparasitarios más usados son los que combaten los parásitos internos, como los gusanos. Además, siempre se debe realizar una inspección visual y una exploración clínica de las ovejas, al menos una vez al año, para detectar y tratar cualquier anomalía.
Como has visto, los controles sanitarios para las ovejas en España son esenciales para garantizar su bienestar y su salud, así como para mejorar su productividad y su calidad. Estos controles requieren de una atención constante y de una colaboración estrecha entre los ganaderos y los veterinarios. De esta forma, se contribuye a la sostenibilidad y la rentabilidad del sector ovino, así como a la seguridad alimentaria y a la protección del medio ambiente, al evitar la propagación de enfermedades y de agentes contaminantes, y una manera de conocer los aspectos básicos de la sanidad animal y de la bioseguridad.