Top 10 iglesias románicas para visitar en el Pirineo
El arte románico es uno de los estilos más representativos de la Edad Media, que se caracteriza por su sencillez, armonía y simbolismo. El Pirineo es una de las zonas donde mejor se conserva este legado artístico, que se manifiesta en numerosas iglesias, monasterios y ermitas.
En este artículo, te proponemos un recorrido pirinaico por diez de las iglesias románicas más impresionantes que puedes visitar en el Pirineo, desde Navarra hasta Cataluña. Te sorprenderán por su belleza, su historia y su bellísimo entorno natural.
1. Colegiata de Santa María de Orreaga-Roncesvalles (Navarra)
La colegiata de Santa María de Orreaga-Roncesvalles es uno de los conjuntos monumentales más importantes del Camino de Santiago, y uno de los primeros ejemplos de arte gótico en España. Sin embargo, también conserva una joya del románico: la capilla de Sancti Spiritus, conocida como la “Silo de Carlomagno”. Se trata de una pequeña iglesia circular, construida en el siglo XII, que alberga una cripta con los restos de los caballeros caídos en la famosa batalla de Roncesvalles. La capilla está decorada con pinturas murales que representan escenas bíblicas y de la vida de los santos.
2. Ermita de Santa María de Arce (Navarra)
La ermita de Santa María de Arce es una de las muestras más destacadas del románico rural navarro, que se caracteriza por su austeridad y su adaptación al paisaje. Se levantó en el siglo XII sobre una antigua necrópolis, y destaca por su armonioso ábside y su interesante portada, que presenta una rica decoración escultórica con motivos vegetales, geométricos y animales. Además, se encuentra en un paraje aislado y tranquilo, rodeado de naturaleza.
3. Monasterio de San Pedro de Siresa (Huesca)
El monasterio de San Pedro de Siresa fue uno de los centros religiosos y culturales más importantes del antiguo Reino de Aragón, fundado en el siglo IX. De su época románica se conserva la iglesia, una de las más grandes y majestuosas del Pirineo, que se construyó entre los siglos XI y XII. La iglesia tiene una planta de cruz latina, con tres naves, un transepto y tres ábsides. Su elemento más llamativo es el cimborrio octogonal, que se eleva sobre el crucero, y que está cubierto por una bóveda de nervios. El interior de la iglesia alberga un valioso retablo gótico y un órgano barroco.
4. Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca)
El monasterio de San Juan de la Peña es uno de los símbolos del arte románico aragonés, y uno de los lugares más vinculados a la historia y la leyenda de Aragón. El monasterio se asienta sobre una impresionante roca, que forma una especie de cueva natural, que protege y cobija a la iglesia y al claustro. El conjunto se inició en el siglo X, y se amplió y reformó en los siglos XI y XII. La iglesia tiene una sola nave, con un ábside semicircular, y está decorada con pinturas murales. El claustro es una obra maestra del románico, con sus capiteles historiados, que narran escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, y de la vida monástica.
5. Iglesia de Santa María de Eunate (Navarra)
La iglesia de Santa María de Eunate es uno de los monumentos más singulares y enigmáticos del Camino de Santiago, y uno de los ejemplos más originales del románico navarro. Se trata de una iglesia de planta octogonal, rodeada por un recinto amurallado, también octogonal, que contiene 33 pequeñas ermitas. El conjunto se sitúa en el centro de un campo sembrado de cruces, que según la tradición, señalan las tumbas de los peregrinos fallecidos. La iglesia se construyó en el siglo XII, y se cree que pudo tener una función funeraria, o estar relacionada con los templarios o con antiguos cultos solares.
6. Iglesia de San Clemente de Taüll (Lérida)
La iglesia de San Clemente de Taüll, en Lérida, es una de las joyas del románico catalán, y forma parte del conjunto de iglesias del valle de Bohí, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La iglesia se edificó en el siglo XII, siguiendo el modelo lombardo, con una planta basilical de tres naves, un ábside y dos absidiolos, y un campanario de torre cuadrada. Lo más destacado de la iglesia es su interior, que conserva uno de los conjuntos de pintura mural románica más importantes del mundo. El ábside central está presidido por la imagen de Cristo en majestad, rodeado por el tetramorfos y la mandorla. Las naves laterales muestran escenas de la infancia y la pasión de Cristo, y de la vida de los santos.
7. Iglesia de Santa María de Taüll (Lérida)
La iglesia de Santa María de Taüll es otra de las iglesias románicas del valle de Bohí, en el pirineo catalán, que se construyó en el siglo XII, también bajo la influencia lombarda. La iglesia tiene una planta de cruz latina, con tres naves, un transepto y tres ábsides. El campanario es de planta cuadrada, y tiene seis pisos, con ventanas de arco de medio punto. La iglesia también conservaba unas magníficas pinturas murales, que se trasladaron al Museu Nacional d’Art de Catalunya, y que se han sustituido por unas reproducciones. El ábside central muestra la imagen de la Virgen con el Niño, flanqueada por dos ángeles y dos apóstoles. El transepto y las naves laterales representan escenas del Apocalipsis y del Juicio Final.
8. Catedral de Santa María de la Seu d’Urgell (Lérida)
La catedral de Santa María de la Seu d’Urgell es una de las obras más asombrosas del románico catalán, ya que se conserva de manera íntegra, sin apenas intervenciones posteriores. La catedral se levantó entre los siglos XI y XII, sobre una antigua basílica visigoda. Tiene una planta basilical, con tres naves, un transepto y un ábside con tres capillas. El exterior de la catedral destaca por su sobriedad y elegancia, con sus muros de piedra y sus arcos ciegos. El interior sorprende por su luminosidad y su riqueza artística, que incluye un retablo gótico, un claustro románico, un órgano barroco y un museo diocesano.
9. Monasterio de Santa María de Ripoll (Gerona)
El monasterio de Santa María de Ripoll es uno de los cenobios más antiguos y prestigiosos de Cataluña, fundado en el siglo IX por el conde Wifredo el Velloso. El monasterio fue el centro espiritual y cultural de los condados catalanes, y acogió a una importante escuela de escritura y miniatura. De su época románica, se conserva la iglesia, que se reconstruyó en el siglo XII, tras un incendio. La iglesia tiene una planta de cruz latina, con tres naves, un crucero y tres ábsides. Su fachada es una de las obras cumbres del románico, con una portada monumental, que muestra un friso con relieves historiados, que representan la historia de la salvación, desde la creación hasta el juicio final.
10. Iglesia de Santa María de Palau de Noguera (Lérida)
La iglesia de Santa María de Palau de Noguera es una de las joyas ocultas del románico catalán, situada en un pequeño pueblo del valle del Noguera Ribagorzana. La iglesia se construyó en el siglo XII, y tiene una planta de una sola nave, con un ábside semicircular y un campanario de espadaña. Lo más sorprendente de la iglesia es su portada, que está decorada con un magnífico tímpano, que muestra la imagen de la Virgen con el Niño, rodeada por un apostolado y dos ángeles. El tímpano está labrado con una gran delicadeza y expresividad, y es uno de los mejores ejemplos de la escultura románica catalana.
Estas son solo algunas de las iglesias románicas para visitar en el Pirineo, pero hay muchas más que merecen la pena ser descubiertas en tus viajes agroturísticos. Te invitamos a que te animes a explorar este rico patrimonio artístico, que te hará viajar en el tiempo y admirar la belleza y la fe de sus creadores.