Mindfulness y meditación: diferencias y beneficios
El mindfulness y la meditación son dos conceptos que a menudo se confunden o se usan indistintamente, pero que tienen algunas diferencias y matices que conviene conocer. En este artículo te explicamos qué es el mindfulness, qué es la meditación, cuáles son sus diferencias y beneficios, y cómo puedes practicarlos.
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness o atención plena es una práctica que consiste en prestar atención al momento presente, sin juzgar ni reaccionar a lo que ocurre en nuestra mente o en nuestro entorno. Se trata de una forma de entrenar la mente para ser más consciente, más calmada y más compasiva.
El mindfulness tiene su origen en las tradiciones orientales, especialmente en el budismo, pero se ha adaptado al contexto occidental y se ha aplicado a diversos ámbitos, como la psicología, la educación, la salud o el trabajo.
El mindfulness tiene múltiples beneficios para nuestra salud física y mental, como reducir el estrés, la ansiedad, la depresión, el dolor crónico, mejorar el sueño, la memoria, la concentración, la creatividad, la autoestima, las relaciones interpersonales y el bienestar general.
¿Qué es la meditación?
La meditación es una práctica que consiste en enfocar la atención en un objeto determinado, como la respiración, un sonido, una imagen o un pensamiento. Se trata de una forma de calmar la mente y de alcanzar estados de relajación profunda o de conciencia ampliada.
La meditación también tiene su origen en las tradiciones orientales, especialmente en el hinduismo y el budismo, pero se ha difundido por todo el mundo y se ha practicado con fines religiosos, espirituales o seculares.
La meditación también tiene múltiples beneficios para nuestra salud física y mental, como reducir el estrés, la ansiedad, la depresión, el dolor crónico, mejorar el sueño, la memoria, la concentración, la creatividad, la autoestima, las relaciones interpersonales y el bienestar general.
¿Cuáles son las diferencias entre el mindfulness y la meditación?
Aunque el mindfulness y la meditación tienen muchas similitudes y se pueden complementar entre sí, también tienen algunas diferencias que conviene tener en cuenta:
- El objeto de atención: mientras que el mindfulness se basa en prestar atención al momento presente tal y como es, sin seleccionar ni rechazar nada de lo que ocurre en nuestra mente o en nuestro entorno; la meditación se basa en enfocar la atención en un objeto específico que puede ser interno o externo.
- La actitud: mientras que el mindfulness se basa en adoptar una actitud de apertura y curiosidad hacia lo que ocurre en nuestra experiencia; la meditación se basa en adoptar una actitud de concentración y absorción hacia el objeto de atención.
- La finalidad: mientras que el mindfulness se basa en desarrollar una mayor conciencia y compasión hacia uno mismo y hacia los demás; la meditación se basa en alcanzar estados de relajación profunda o de conciencia ampliada que pueden tener fines religiosos, espirituales o seculares.
¿Cómo practicar el mindfulness y la meditación?
Para practicar el mindfulness y la meditación puedes seguir estos pasos:
- Elige un momento y un lugar adecuados. Lo ideal es que practiques a diario, preferiblemente por la mañana o por la noche, cuando estés más tranquilo y relajado. Busca un lugar donde no te molesten ni te distraigan, y donde te sientas cómodo. Puede ser tu habitación, tu salón, tu jardín o cualquier otro espacio que te guste.
- Empieza poco a poco. No hace falta que practiques durante horas. Al principio, con 10 o 15 minutos al día es suficiente. Lo importante es que seas constante y que vayas aumentando el tiempo de forma progresiva, según te sientas más cómodo y confiado.
- Sigue las instrucciones de un guía o una aplicación. Si no sabes cómo practicar mindfulness o meditación, lo mejor es que sigas las indicaciones de un instructor cualificado y experimentado, que pueda guiarte y resolver tus dudas. Puedes apuntarte a un curso o taller presencial o en línea, o usar alguna aplicación o plataforma que te ofrezca audios o vídeos con prácticas guiadas.
- Sé amable contigo mismo. No te exijas ni te critiques si te cuesta mantener la atención o si sientes alguna incomodidad durante la práctica. Es normal que al principio te distraigas o que surjan sensaciones o emociones desagradables. Lo importante es que seas consciente de lo que ocurre y que lo aceptes sin juzgarlo ni rechazarlo. Recuerda que el mindfulness y la meditación son habilidades que se pueden aprender y mejorar con la práctica.
Meditación o mindfulness: cómo empezar
No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que depende de tus preferencias, objetivos y circunstancias personales. Sin embargo, te ofrecemos algunas pautas que te pueden ayudar a decidir:
- Si quieres practicar una forma de atención plena que se adapte a cualquier momento y situación, y que te ayude a ser más consciente y compasivo en tu vida cotidiana, te recomendamos que empieces por el mindfulness.
- Si quieres practicar una forma de atención concentrada que te ayude a calmar la mente y a alcanzar estados de relajación profunda o de conciencia ampliada, y que tenga fines religiosos, espirituales o seculares, te recomendamos que empieces por la meditación.
- Si quieres practicar ambas formas de atención, puedes combinar el mindfulness y la meditación, alternando o integrando las diferentes técnicas. Por ejemplo, puedes empezar con una meditación con atención a la respiración, y luego pasar a una observación de los pensamientos y las emociones. O puedes hacer una meditación con un sonido o una imagen, y luego llevar la atención plena a una actividad cotidiana.
Sea cual sea tu elección, recuerda que lo importante es que practiques con regularidad, con amabilidad y con curiosidad. Así podrás disfrutar de los beneficios del mindfulness y la meditación en tu bienestar y en tu calidad de vida.